domingo, 28 de septiembre de 2008

LA GESTIÓN DEL AULA.


De: Gary A. Davis y Margaret A. Tomas
(síntesis)
La gestión del aula es un conjunto de comportamientos y actividades preventivas del profesor para establecer y mantener un entorno en el que puedan darse una instrucción y un aprendizaje satisfactorios. Este carácter preventivo se puede definir como la buena disciplina, en la que se incluyen un ambiente académico en aula y prácticas docentes eficaces. La buen disciplina también supone fijar limites a los alumnos y reducir las oportunidades de conductas inadecuadas.

No es fácil conseguir una buena disciplina dada la necesidad de enseñar a todo un grupo, lo cual produce confusión en algunos alumnos aburrimiento en otros pues el trabajo de pupitre y otros deberes les despiertan diferente interés, según de quien se trate.

Recomendaciones generales para la gestión del aula o la buena disciplina:

NORMAS Y EXPECTATIVAS:
Los profesores establecerán normas claras y razonables, las menos posibles. Las normas deben especificarlas conductas consideradas aceptables y las consecuencias de los malos comportamientos. Las normas se enseñan y se revisan desde el principio del curso.
ORGANIZACIÓN DEL AULA:
Planificar la transición de un actividad a otra de forma que resulte eficaz y relajada.
ACTIVIDADES EN EL AULA:
Mantener a los alumnos ocupados en aprender o en otras actividades.
Asegurarse de que los alumnos sepan lo que deben hacer cuando terminen su trabajo de pupitre.
MAL COMPORTAMIENTO O DESVIACIONES:
En caso necesario, administra la disciplina de forma rápida, ajustándose alas normas y sin hacer distinciones. La disciplina es neutral, objetiva y centrada en la conducta, no en la persona. Se debe evitar la humillación de los alumnos, así como la violencia.
Uno de los esfuerzos de investigación más completos, destinados a identificar los principios y las técnicas de la gestión eficaz del aula, fue el llevado a cabo por Kounin(1970).Para kounin, la primera característica de la buena gestión es el dominio- control, es decir, la habilidad para comunicar a los alumnos que el profesor sabe los que esta pasando en el aula. Los profesores deben demostrar con su concreta forma de actuar que tienen “ojos en la espalda”
El encabalgamiento es otro de los principios de Kounin, esto es la capacidad de atender dos asuntos del aula a la vez, especialmente atender las distracciones sin entorpecer la actividad de aprendizaje que se este llevando a cabo. El objetivo de esta práctica es prevenir que las interrupciones intervengan en la actividad de aprendizaje.
El experto en gestión, Emmer (1978), sugiere que el dominio- control de Kounin debe entenderse como una combinación de dos habilidades docentes interrelacionadas: el control y la evaluación detallados de la clase; y la intervención inmediata sobre los comportamientos irregulares.
Una estrategia importante dentro de la categoría de la intervención rápida es la reorientación de los alumnos desde la conducta inadecuada. La reorientación puede hacerse de varias formas concretas: recordándole cuál es la conducta adecuada; preguntarle si sabe lo que se supone debiera estar haciendo; o pedirle que anuncie la norma que esta contraviniendo.
Otro de los principios de Kounin es el de la Alerta de grupo. Se refiere a “aquellas conductas del profesor que mantienen alerta a los que no están interviniendo , mientras otro alumno lo esta haciendo o antes de determinar quien lo va hacer”. Los profesores que utilizan muchas indicaciones de alerta de grupo consiguen una mayor participación e implicación en el trabajo y menos distracciones.

Todos los alumnos tantean el nivel de autoridad del profesor. Cuando se trata de los alumnos menos aventajados, ese tanteo se produce de inmediato. Los alumnos problemáticos confían en que el profesor será incapaz de hacerse con ellos. Sin embargo pierden el respeto por el profesor excesivamente tolerante y probablemente se sienten más inseguros en su clase. Además los alumnos que no participan en el desorden, generalmente esperan que el profesor sepa atajarlo adecuadamente. De lo contrario también ellos le perderán el respeto y pueden llegar a ponerse en su contra. Naturalmente el profesor no puede permitir su propio fracaso.

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